Por: María Trujillo M.
Leer muchas veces puede desacomodarnos, puede obligarnos a cambiar de perspectiva, a mirar la vida de otra manera. "El curioso incidente del perro a medianoche" (2003), hace precisamente eso. El autor Mark Haddon nos presenta una trama en apariencia simple: un adolescente encuentra muerto al perro de sus vecinos y decide investigar el asesinato. Sin embargo, el protagonista ve el mundo de forma distinta. Y ahí comienza a moverse el foco de la narración.
Aunque en el libro nunca se menciona un diagnóstico, es posible inferir que Chris, el protagonista, tiene algunas características asociadas al espectro del autismo. Laura Restrepo, psicóloga y profesional en Estudios literarios, explica que el autismo es un neurotipo, es decir: “un tipo de cerebro que fue cableado, en su historia de neurodesarrollo, de una forma específica. Hay muchos neurotipos, el autismo es uno, el TDAH, la dislexia puede ser otro, y los cerebros que no son neurodivergentes también son un neurotipo”.
La neurodivergencia se refiere a formas de procesar, sentir y aprender que no están alineadas a lo normativo, esto no quiere decir que no sean “normales”, simplemente que no siguen lineamientos socialmente aceptados.
Laura resalta que no hay dos personas autistas iguales, ya que las características varían de un cerebro a otro. Por ejemplo, como Chris, el protagonista de la novela, no comprende ciertas expresiones faciales de los demás, esto dificulta procesos de comunicación. Pero esto no quiere decir que no sienta empatía por las otras personas. Incluso, existen personas autistas que son hiper empáticas y sienten más que la mayoría.
Por este motivo, no es posible decir que todas las personas autistas van a identificarse con lo que se narra ni tampoco que la forma en la que Chris habita el mundo es la misma que la de otras personas autistas.
Sin embargo, la representación de una persona autistas en una novela es importante para que otras personas que tengan razonamientos similares o prejuicios al respecto, puedan conocer más a fondo cómo puede funcionar un neurotipo como el autismo en la sociedad.
En este sentido, Laura reconoce que el libro explica de una manera profunda cada característica que hace distinto al personaje, lo que permite que no sea leído como un estereotipo ni una caricatura, sino que nos permite entender de dónde viene cada reacción, cada pensamiento y acción. También nos sensibiliza frente a lo duro que puede ser el mundo y las figuras de autoridad con las personas que piensan distinto.
Frente a este tema, Laura explica que pocos servidores públicos están entrenados para atender y acompañar a personas autistas y con otros neurotipos. Procedimientos que pueden ser simples, si son bien acompañados y explicados de una manera que conecte con la persona autista, se tornan difíciles y hasta tortuosos, como se evidencia en algunos momentos de la narración.
Este libro, además de mostrarnos un lado profundo y bien estructurado de lo que puede vivir una persona con autismo, también nos cuestiona sobre las relaciones familiares y humanas. No es solo un libro de detectives ni tampoco un libro que hable sobre el autismo. Es un libro que narra la experiencia humana en toda su extensión. Nos invita a ver las cosas con otros ojos y a entender que la diferencia es una riqueza.