Para responder a estas preguntas, A.C. Grayling reflexiona sobre los tres desafíos que considera más urgentes: el cambio climático, la tecnología y la justicia, y reconoce que no hay un sistema de valores universales para determinar que hacer y que no respecto a estas cuestiones.
En un mundo en que los fenómenos climáticos extremos son cada vez más frecuentes, los avances en inteligencia artificial y en tecnología militar se aceleran y las desigualdades se acentúan, Grayling plantea una pregunta cada vez más urgente: ¿es posible alcanzar un acuerdo global para retos globales?