Como en un acto reflejo, al escuchar el nombre de Paulo Freire uno suele pensar en alfabetización de adultos. Sí, el pedagogo brasileño destacó por su metodología para transmitir las primeras letras a gente más allá de la infancia, por los vínculos que estableció entre política y educación, por la crítica al modelo u0093bancariou0094 de enseñanza-aprendizaje, pero su curiosidad u0096y las muchas invitaciones que recibió a lo largo de su vida para escribir ensayos, dar conferencias, inaugurar congresosu0096, lo llevó a interesarse por un cúmulo de otros temas. Con su agudeza usual, Freire aborda aquí asuntos que están en los alrededores de su pensamiento central: el acto de estudiar, la función de las bibliotecas, la interacción con los libros, la importancia misma de leer, el paulatino proceso de liberación por medio de la lectura. El lector encontrará aquí una entrevista, en la que con buen humor Freire responde a sus críticos u0096e incluso hace suyas algunas observaciones a su pensamiento de juventudu0096, y diversos textos preparados para ser leídos ante un público, en los cuales, acaso por su carácter pasajero y oral, hace un sentido llamado a la acción. Se trata, pues, de discursos que movilizan, de reflexiones perladas de recuerdos personales u0096por ejemplo, la apretada evocación de cómo aprendió a leeru0096, de piezas breves y contundentes en las que se explora algún detalle del corpus freiriano para desmenuzarlo y hacerlo más apetecible. Fiel a su espíritu comunitario, el autor reconoce que u0093No hay, estrictamente hablando, un u0091yo piensou0092, sino un u0091nosotros pensamosu0092.u0094 Quien se adentre en estas páginas cargadas de optimismo tendrá la ocasión de comprobar una aguda tesis del autor sobre La educación como práctica de la libertad: u0093El acto de estudiar es una actitud frente al mundo u0085 Estudiar no es acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
