Todos somos caminantes, sobrevivientes del naufragio de existir.
Un ser a dos voces migrando a oscuras, a ninguna parte.
El poema nos conduce, es el faro que nos guía, y El que camina, lo sabe y no teme.
Sea este primer poemario de Ayran Riascos presagio de los venideros.
(Monique Facuseh)