n Una parada de Reclus n n n Hace ciento setenta años, Élisée Reclus, entonces den veinticinco, tomó una goleta en Colón, Panamá, con destino a Cartagena. Enn algún lugar de la Sierra Nevada pensaba fundar una colonia agrícola y continuarn las exploraciones geográficas. Concretó el proyecto colonizador en San Antonio,n en inmediaciones del río Chiruá, luego de superar un naufragio en lan desembocadura del Dibulla y al alto costo de contraer una fiebre infecciosa quen lo mantuvo confinado, durante varias semanas, en una derruida casa de Dibulla.n El proyecto empresarial fracasó antes de recoger el primer fruto, al desertarn el socio, Jaime Chaistang, un francés algo mayor cuyo carácter irascible alejón a los trabajadores mestizos contratados y deterioró las relaciones con los indígenasn aruacos, vecinos y proveedores de alimentos de la naciente colonia. Enfermon aún, sin capital y sin fuerzas, regresó en mula a Dibulla y por mar a Riohacha.n n n Viaje a la Sierra Nevada, aparte de una aventura personal, ofrece de primeran mano cuadros muy vívidos de las poblaciones y tipos humanos que Reclus tratón una vez desembarcó en Cartagena: puerto recién salido de la peste del cólera.n Sus observaciones sobre Barranquilla, Ciénaga, Santa Marta y Riohacha sonn citadas, una y otra vez, por los estudiosos regionales de la segunda mitad deln siglo XIX. Los juicios sobre las posibilidades económicas de la Sierra Nevada yn los conflictos detectados entre sus grupos humanos u2014indígenas, mestizos,n negros, colonos blancosu2014 mantienen sorprendente validez, aunque el macizo hayan perdido buena parte de sus bondades naturales, sobre todo en la última median centuria de conflicto armado y narcotráfico. n La lectura del libro sigue siendon contagiosa. El estilo aúna a las virtudes del naturalista, el franco espíritun narrativo del fabulador. Aunque fracasó como empresario, el optimismo abunda enn las páginas del texto, escrito por un hombre agradecido de la experiencian vivida durante su estadía en la región. Respetuosos de sus ideas, fieles aln ánimo tenaz de sus empresas intelectuales, cuesta aceptar que toda oportunidadn esté perdida para las criaturas de esta parte del mundo: en cuyo porvenir den hombres y mujeres libres, él creyó con los ojos bien abiertos. El suyo es unn texto inspirador, rejuvenecido con cada lectura, que la Universidad del Magdalenan relanza en momentos en que el país necesita retomar con marcha segura eln camino. n n n n n Clinton Ramírez C.n nn