Mientras Nat King Cole cautiva a su público deTropicana, el guajiro Plácidolucha por su vida a los pies de Sierra Maestra. Un sargento de lastropas de Batista lo tiene en el punto de mira, más por cuestiones defaldas que por razones políticas. Como le sucede a muchosconspiradores, incluida Magalys, la mulata de la que se ha enamorado.Y no le queda más que echarse al monte con los barbudos... Con trazas de picaresca caribeñaritmo de novela de aventuras y la historia real de suspadres, Guerra Naranjo reconstruye la otra cara de la Revolucióncubana. Un retrato inédito que quizá refleje su convulso presente.