¿Qué puede pasar cuando el deseo atrae a los varones de dos familias enfrentadas por viejos odios y que, sin embargo, comparten prejuicios, miseria y violencia? Linaje de pobres y abandonados, los varones asumen como propios los odios paternos. Marciano Mirando y Pajarito Tamai actúan la coreografía y repiten las palabras que los hombres dicen. El coito, la pelea, el resentimiento. Sin embargo, aun en esas tramas culturales aparentemente rígidas, el amor y el deseo toman sus propias formas. En Ladrilleros, Selva Almada crea con extrema delicadeza personajes complejos: inteligentes, fieros, desencantados, vitales, hasta tiernos.