Nada hay más atroz que el sinsentido. El sentido integra y articula nuestra vida. Un sufrimiento extremo no es insoportable solo porque duele, sino, sobre todo, porque es absurdo. Si pudiera ser investido de sentido, se transformaría en crecimiento, libertad interior y engrandecimiento.nnEsta edición especial de u00abEl hombre en busca de sentidou00bb reúne, por primera vez en exclusiva, u00abUn psicólogo en un campo de concentraciónu00bb, el conmovedor relato de Viktor Frankl sobre su experiencia como prisionero en los campos de concentración en la Alemania nazi, y u00abSincronización en Birkenwaldu00bb, las dos obras escritas justo después de haber sido liberado. Ambos textos u2014uno, narrado en primera persona y el otro, dramáticou2014 describen una existencia desnuda, desprovista de absolutamente todo, salvo de la existencia misma.nnA pesar de los padecimientos y de la monstruosa brutalidad sufridos, Frankl pudo reconocer que, pese a todo, la vida es digna de ser vivida y que la libertad interior y la dignidad humana son indestructibles. Estas palabras que, como psiquiatra y prisionero, él nos legó sobre la capacidad humana de trascendencia y de descubrir la verdad profunda que orienta y da sentido a nuestras vidas, nos infunden entereza y esperanza.nnLa logoterapia, método psicoterapéutico creado por el propio Frankl, se basa precisamente en la búsqueda del sentido de la existencia, en la que el ser humano asume la responsabilidad ante sí mismo, ante los demás y ante la vida. No debemos atormentarnos echando cuentas de todo lo que la vida no nos ha dado. Más bien, debemos preguntarnos a cada momento qué es lo que la vida espera de nosotros.