Durante su infancia, a Almudena le gustaba dar vueltas a un globo terráqueo decorativo y escoger un punto al azar. En su vida adulta ha sido ella quien ha acabado dando tumbos fuera de su patria, primero exportando jamón ibérico en Latinoamérica y después difundiendo lo hispánico en una ciudad francesa de provincias. Ahora Almudena, una de tantos españoles que se autodefinen como ciudadanos del mundo, está a punto de instalarse en Londres.