El fenómeno editorial que ha conquistado Reino Unido. Una novela que captura la energía de los veinte años y el vértigo de descubrir quiénes somos.nRachel es una universitaria irlandesa que trabaja en una librería para pagarse la carrera. Allí conoce a un chico de su edad, James; no tardarán mucho en hacerse íntimos amigos y animarse a compartir un piso tan barato como destartalado. Ambos buscan abrirse camino en la Irlanda de la Gran Recesión mientras gestionan sus caóticas vidas: James está harto de que la gente piense que no quiere salir del armario y Rachel fantasea sin parar con el doctor Byrne, un profesor casado al que intenta seducir con un arriesgado plan de imprevisibles resultados.nCon una mirada tan inteligente como cómica, Caroline Ou2019Donoghue se adentra en las aspiraciones, locuras y torpezas de la juventud para construir una entrañable oda a la energía de los veinte años, a las amistades que forjamos entonces y que dejan una huella permanente. El factor Rachel captura como pocas novelas los placeres y los sinsabores de esta etapa, la intensidad de los primeros amores y el desconcierto en el que nos sume el paso a la edad adulta.nu00abParecía que ya no fuera posible pero entre estas páginas está la oda a la amistad definitiva. Adictiva, tierna y mordaz, Ou2019Donoghue además de inteligente es una tía divertidísima.u00bb Andrea Gumes/b>nu00abSi alguna vez has sido joven, este libro te gustará tanto como a mí.u00bbGabrielle Zevinnu00abUn libro que me emocionó. Una lectura verdaderamente encantadora; divertida, conmovedora, bellamente construida, con diálogos inteligentes y rápidos, personajes vívidos y un sorprendente giro que me dejó sin aliento.u00bb Barbara Trapidonu00abUna sátira mordaz que recuerda a Sally Rooney y Anne Tyler en su cuestionamiento de las dinámicas de poder, tanto en el mundo académico como en las editoriales o los dormitorios... Una novela muy gratificante y lograda.u00bb Hamilton Cain (The New York Times)nu00abUna tierna reflexión sobre esas amistades de los veintitantos que nos marcan para siempre.u00bb Ron Charles (The Washington Post)