El mundo de la joven Elly está formado por aquellos que lo habitan: sus cariñosos pero distraídos padres; su mejor amiga, que huele a patatas fritas y conoce palabras exóticas; un entrañable dandi; una imitadora de Shirley Bassey que la sigue de cerca, y por último, por supuesto, un conejo llamado Dios.