LOS LIBROS DE 2022
Un general radical boyacense, José de los Santos Gutiérrez, movido por un desengaño amoroso, al llegar a la presidencia del estado de Boyacá declara la guerra al reino de Bélgica en 1867, en una carta que nunca llegó a sus destinatarios. Tal estado de beligerancia, donde ni un tiro fue disparado, no finalizaría sino hasta 1988. Esta anécdota delirante es uno de los hilos de esta excelente novela, donde historia, así sea bajo la forma de estos acontecimientos insólitos, se mezclan con la ficción, para producir un coctel al que Constaín nos tiene acostumbrados pero siempre gratamente sorprendidos.
Jorge Echavarría Carvajal
¿Es posible reinventar el pasado? ¿Hasta qué punto puede la ficción cambiar el curso de los acontecimientos? Marcelino Quijano y Quadra, payanés ilustrado e invencible tahúr, hombre de todas las épocas y de ninguna, se dedica a fabricar ficciones, un oficio tan misterioso como él mismo. Roba cartas de papel y husmea en ellas no solo para rastrear la novela que yace en toda suerte ajena sino también para reescribirla y salvarla, como un dios discreto, anónimo y bienhechor. Su última misión es tan absurda y delirante que si no hubiera ocurrido de verdad sería increíble: la firma de la paz, en 1988, entre el Reino de Bélgica y el Departamento de Boyacá, en guerra, sin que nadie lo supiera, desde 1867.
Tras el éxito de El hombre que no fue Jueves, Juan Esteban Constaín regresa a la novela con una historia en la que entremezcla magistralmente la realidad y la ficción, esa dualidad fundamental que define y le da sentido a la vida. le da sentido a la vida.