Al principio no había nada. Nada de nada. Por supuesto, aquí o allí, había algunos árboles. Pero no era casi nada... Hasta la llegada del Sr. C.
Artículos relacionados
Vista previa: NADA DE NADA
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información