Stella Harrison pensó que se había escapado de los traumas de su pasado. Dirigir el Sunrise Lake Resort en lo alto de las montañas de Sierra Nevada le ha traído paz, aunque realmente no comparte su vida tranquila con nadie. Ni siquiera Sam, el personal de mantenimiento contratado que se da cuenta de todo y siempre parece saber exactamente lo que necesita. Stella no sabe nada sobre el pasado de Sam, pero de alguna manera en los últimos dos años su presencia lenta y constante ha traspasado sus defensas. Aun así, sabe que no puede contarle sus recientes premoniciones. Hasta ahora no ha habido ningún asesinato. Nadie. No hay forma de probar lo que está a punto de suceder sin destruir la vida que ha construido para sí misma. Pero hay un asesino ahí fuera.